26 mayo, 2009
18 mayo, 2009
A su decir quedamos consternados, rabiosos porque dejó esta vida un hombre que animó y puso palabras a los sueños, a la esperanza, a la justicia y al amor de varias generaciones. Fue un visionario, generoso y sencillo como pocos, que sin mostrar aires de profeta caminó delante de su gente y alumbrando, previniendo, señalando las cosas importantes, enriqueció su tiempo.
Hoy la muerte nos ganó una batalla, se llevó al gran uruguayo, nos llevó un poquito a todos.
Más vivo que nunca y seguramente silbando lo veremos volver de esos andenes y entre brumas leves asomaran estas palabras:
vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.
Bienvenido a la inmortalidad Benedetti, Dios te tenga en su gloria, sin curas ni sermones.
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