20 junio, 2006

Tal cual nosotros


" ¿El pueblo pide una auténtica justicia? Nosotros en cambio conseguimos que se conforme con una menos injusta. Los trabajadores gritan basta ya de la vergüenza de la explotación bestial, y nosotros procuraremos sobre todo que no se avergüencen más; pero que sigan siendo explotados... quieren no morir más en las fábricas, y nosotros pondremos alguna protección complementaria, algún premio para las viudas. Quieren ver como desaparecen las clases... y nosotros haremos que ya no haya tanta diferencia, o mejor aún, ¡qué no se note tanto! Ellos quieren la revolución... y nosotros les daremos reformas, muchas reformas... los ahogaremos en reformas. O mejor aún, los ahogaremos en promesas de reformas, ¡porque tampoco se las daremos nunca!. "

DARÍO FO. Muerte accidental de un anarquista

12 junio, 2006

El Flaco

"Creo que el mundo está lleno de historias, que nuestras vidas están llenas de historias, pero que sólo en determinados momentos somos capaces de verlas o entenderlas. Hay que estar dispuesto a hallar el sentido de lo que te está ocurriendo. Casi todos nosotros, yo mismo incluido, vamos por la vida sin prestar mucha atención. De pronto ocurre una crisis, y nos cuestionamos todo lo que nos rodea, y en ese momento dejamos de pisar terreno firme. Creo que es en esos momentos que la memoria se convierte en una poderosa fuerza de nuestras vidas. Comienzas a explorar el pasado, e invariablemente te encuentras con una nueva lectura de ese pasado, lo entiendes de una manera nueva, y por ello eres capaz de enfrentarte al presente de una manera nueva".
Paul Auster. Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2.006

El Flaco

Por un mensaje suelto al aire me vienen a la memoria algunos pasajes de mi infancia.
Antes no era cualquier cosa tener teléfono, en mi barrio “Los Gigantes” mi vecina prestaba el suyo como una manera de no discutir liderazgo y de paso renovarse de novedades ajenas. Un día mi tío Raúl llamó desde Venezuela y yo que nunca había hablado con él – se fue cuando todavía no caminaba- tuve la gran responsabilidad de dar valor a esa llamada. La recuerdo tensionante y no viene al caso replicarla. Una cosa llevó a otra y yo termine la charla ganando una bicicleta que mi tío me mandaría pronto.
Mi primera bicicleta – roja, canasto, parrilla y timbre- fue comprada por mi papá con la plata del tío.
El caso es que quiero contar la historia del flaco, que le pasó de todo y que de a pedacitos pude reconstruir con el tiempo.
En la época del proceso mi tío fue encarcelado primero y después de algunos años tuvo la opción de irse del país. Se fue a Italia a la casa de otros parientes, de allí viajó a Rusia (no se que fue a hacer a Rusia) y después estuvo un tiempo en España, hasta que lo invitaron a Venezuela y para allá se fue.
El principio como todos los principios fue duro, pero preferible a Europa donde me contaron llegó a lavar muertos por un plato de comida.
En Mérida hizo sus primeros pasos y negocios donde no le fue nada mal, se casó con una maestra embarazada para poder quedarse él y salvar el honor ella (?) y tampoco le fue mal. La chica se llamaba…como se llamaba? no me acuerdo porque es un nombre que aquí no se usa.
El tío volvió en el año 83 con la democracia. Yo lo seguía a todos lados, hipnotizado por todo ese bagaje de historias. A esa altura y por esos años, los que volvían tenían tanto para contar que por meses no prendieron ni la radio en mi casa. Con el tiempo se fue humanizando y más de una vez se salvó que lo moliera a trompadas, pero eso fue mucho más adelante. Nilda era el nombre me acorde. El fondo de todo esto es que mi tío se aguantó encierro, tortura, exilio y nunca se quejó pero el día en que se iba del país en el aeropuerto me llevaron a saludarlo y dicen que me alzó, me abrazo y lloró.
El me dio las lecciones más importantes y en cierto sentido me marcó a fuego, me dio los libros, las técnicas del ajedrez, me enseño a pensar, completó todas las ausencias de mis viejos que laburaban todo el día. También me dio mi primera certeza: no quiero morir como él. De cáncer, obeso, ciego. Para eso un tiro y chau. Haciendo cuentas con el pasado encontré al menos tres razones por las cuales seguramente iré al infierno, en orden aleatorio son: la vez me pidió que le leyera la Biblia y yo me salteaba algunas partes para terminar más rápido, cuando me hizo padrino de su hija, la cual volví a ver cuando tenia quince años y encima no le lleve ningún regalo y la otra, la determinante para la visa sin retorno fue que sentí más alivio que pena cuando falleció.- cariño, pero nada de amor ni de respeto- Un par de días antes de que muera entré a su habitación a ver si respiraba- era mi trabajo nocturno- y por sorpresa me tomó la mano y como si volviera de una pesadilla, severo me preguntó: Somos peronistas nosotros? Y yo le dije más vale, si los radicales son unos putos. (Acabo de encontrar una cuarta razón que va a servir al menos para distraer a demonios menores: no soy peronista). No me dejó palabras importantes, me dejó una visión sobre las cosas cotidianas que vale mucho más.
Esta es la primera entrega de mi historia con el flaco, flaquito macho que ese día lloró.

01 junio, 2006

Debo

Cuando los días son como estos días, sombríos y ásperos, donde la idiotez reina cómodamente apoltronada y en su regazo martiriza el ovillo de mi vida, mirando su heredad y vanagloriándose de sus métodos. En estos días digo, es cuando tendría que refugiarme en la palabra.

Donde habite el olvido, en los vastos jardines sin aurora; donde yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre ortigas sobre la cual el viento escapa a sus insomnios... (Cernuda)

Hago un recuento necesario de batallas ganadas y perdidas y el balance escupe un no se que que me amilana y me situa a la derecha de todas mis derrotas. Desde allí puedo ver que me alejé demasiado de mi mismo y que encontrarme y saberme puede ser una experiencia ingrata. Ya las raíces están por besar mi piel y la naturaleza humana dejará de ser un misterio, al menos por ese minuto, inevitable.

Hay días en que siento una desganade mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse y me hallo solidariamente cretino apto para que en mí vacilen los rencores y nada me parezca un aceptable augurio. Días en que abro el diario con el corazón en la boca como si aguardara de veras que mi nombre fuera a aparecer en los avisos fúnebres seguido de la nómina de parientes y amigos y de todo indócil personal a mis órdenes. Hay días que ni siquiera son oscuros días en que pierdo el rastro de mi pena y resuelvo las palabras cruzadas con una rabia hecha para otra ocasión digamos, por ejemplo, para noches de insomnio. Días en que uno sabe que hace mucho era bueno bah tal vez no hace tanto que salía la luna limpia como después de jabón perfumado y aquello si era auténtica melancolía y no este malsano, dulce aburrimiento. Bueno, esta balada sólo es para avisarteque en esos pocos días no me tomes en cuenta. (Benedetti)

Despues sigo...