21 julio, 2009

Como estás? de verdad quiero saberlo. No te imaginás la cantidad de veces que me pregunté en que andarías. Tanta inteligencia seguramente encontró una causa -o cauce- para explotar como artificios. Yo (arquitecto de ilusiones) me engañe pensando que todo era más fácil y por Dios que sorpresa. Pero a la vida la vivo, mal que mal todos los días encuentro a que aferrarme. Formé una familia cómoda y funcional que no siempre me funciona, pero amo a los hijos que son mi estrella. Organizo eventos, ferias y congresos y siempre estoy en algo, tengo dos locales en el centro donde vendo ropa para chicas, algún que otro negocito por allí, nada importante, en fin la peleo, pudo ser más pero es lo que es y al fin y al cabo se vive. Sigo lector hasta la fobia, en eso no claudico; juego al ajedrez con un handicap de variantes insospechadas; de lunes a viernes escribo para otros: proyectos, discursos, ambiciones, hago notas, me dirijo, siempre por cuenta y orden de terceros, pero como nadie es tan habilidoso todavía me congratulo en la sorpresa. Estoy más gordo que flaco y de eso parece que no se vuelve, sigo siendo alto, pelo lacio -ayer descubrí una cana impertinente- conservo la parada sospechosa, el traje me sienta pero me aburre.
Sabés que recuerdo? El patio de tu casa. La cocina y la vista desde esa ventana; los celos hasta del aire que nunca volví a sentir; tu letra.

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