Si me preguntaran por el hecho central de mi vida, diria la biblioteca de mi padre.

JLB.

Estoy en medio de una mudanza hacia la casita del cerro y no quiero renunciar a llevarme la biblioteca completa. En medio del debate sobre que queda y que se va, que tiramos, que guardamos y esas hierbas, recibí el ultimatum sobre el destino de mis libros que ya estorban en los rincones y ocupan la mayor parte de los escuetos espacios de mi vida. Seleccionando, grande fue mi sorpresa cuando encontré detrás de unos estantes una gran mancha de humedad que estaba comiendo las páginas de más de cien libros, - la mitad de la enciclopedia británica, toda la sociología y mucha basura también-. Que indignación con mi desidia. La pérdida me hace retroceder en casi cuatro años la construcción de mi babel. Adjunto fotos del desorden en el que vivo.