02 agosto, 2006

El asunto más extraño del mundo

No me sirven las palabras si no puedo escribir esto con claridad.
Ayer fue un día que comenzó dificil y terminó imposible. Desde las 20,00 hs. en adelante se empezó a complicar sistemáticamente y colapsó cerca de las 23,00 hs.
Cuando salí del trabajo me fui a una reunión política, esas reuniones que hacemos para sentirnos vivos y mentirnos entre nosotros lo útiles que somos a esta sociedad, que - y esto lo digo con total convicción- viviría mucho mejor si nos dedicaramos a otra cosa. Nos creemos un reservorio moral cuando estamos plagados de traidores y arrivistas. El hilo que me une al jefe esta cada vez más delgado y ya empezaron a aparecer los primeros síntomas de una ruptura definitiva, aunque creo que en nuestra actividad es menos creible hablar de cosas definitivas que de buenas intenciones. El caso es que ya no quiero esta vida que llevo como una pesada mochila y ella tampoco me quiere a mi. Anoche, ya en mi casa me desperté antes de la madrugada y no pude seguir durmiendo por el pensamiento recurrente de una casa grande cubierta de plantas, de un amor inconcluso, de alguien que tal vez me esté pensando, de esa mujer que amé y que está sola y me necesita (o no), de esa historia que pudo ser determinante para mi felicidad, de esas hojas y hojas marcadas por el llanto, de ese cuerpo tan único y tan mio ultrajado por manos sin amor, por manos que no son mis manos.
Mi dolor y mis dudas sobre el presente y sobre el futuro se materializaron y rondaban como un pájaro negro o como el cuervo de Poe, sólo les faltaba posarse sobre la tele como si fuera un busto de Palas y graznar Nunca Más.
Hoy temprano presenté la renuncia mediante una nota sencilla y sin ningún adorno. Conservo la secreta y contradictoria esperanza sobre un cambio de rumbo, un golpe de timón que me haga girar 180º. La contradicción está en que si me la aceptan no sabría que hacer y si no me la aceptan tampoco.
En semejante lio, lo que me pasó no fue un tema menor. En un momento presentí que tantas casualidades me estaban cercando y que este monitor explotaria . No sé por qué pero no sería extraño que algo asi me pase.
En la tele Gary Oldman (Drácula) le decía a Winona Ryder (Mina), que era la reencarnación de su amor perdido: "He viajado océanos de tiempo para encontrarte". Cambio de canal a uno de música H tv. y veo a una morena sencilla que cantaba bello, busco una lapicera y anoto el nombre Corinne Bailey Rae, el tema lo anoté después cuando en otro canal repitieron el video: Put your record on...
“...que en todo caso había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad."
Ernesto Sábato

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.