31 octubre, 2006

Con la frente marchita
Joaquín Sabina
Sentados en corro merendábamos besos y porros y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa. Te morías por volver "Con la frente marchita" cantaba Gardel y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud. Ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy. Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte carricoches de miga de pan, soldaditos de lata. Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte, pero tú no querías más amor que el del Río de la Plata. Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta. Luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió. "Mándame una postal de San Telmo, adiós, ¡cuídate!"-Y sonó entre tú y yo el silbato del tren... Iba cada domingo a tu puesto del Rastro a comprarte monigotes de miga de pan, caballitos de lata. Con agüita del mar Andaluz quise yo enamorarte, pero tú no querías otro amor que el del Río de la Plata. Aquellas banderas de la patria de la primavera, a decirme que existe el olvido, esta noche han venido. Te sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del "Che". Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear, y al llegar a la Plaza de Mayo me dio por llorar y me puse a gritar: "¿Dónde estás?". Y no volví más a tu puesto del Rastro a comprarte corazones de miga de pan, sombreritos de lata. Y ya nadie me escribe diciendo: "No consigo olvidarte, ojalá que estuvieras conmigo en el Río de La Plata"
El témpano

Autor: Adrian Abonizio

Baglietto – Garre (1983)


A veces cuando pienso que todo esta perdido
voy hacia alguna de las formas de la muerte
me pego un tiro con una palabra
que alguna vez me fue tan transparente.
La ternura del agua que corre
me recuerda la llegada de unos trenes
sales de los mares, curvas de los puertos
con mujeres descalzas en el verde
Voy hacia el fuego como la mariposa
y no hay rima que rime con vivir
no te pares no te mates
solo es una forma mas de demorarse.

En las tardes tranquilas
cuando extraño todo
pienso que todo no es lo que perdí
una rosa de feria
y aun a costa de perder
se pierde pero se gana
la lucha es de igual a igual
contra uno mismo
y eso es ganarla
no te pares, no te mates
solo es una forma de mas de demorarte.

Recuerdo la quietud de la tierra
la quietud de estar adentro
se cree más en los milagros
a la hora del entierro
Este hombre trabajo
quien escribirá su historia
la cal reseca, la viuda que sueña
los amigos que siguen igual
La gloria en zapatillas
el florero vacío
quien sabe si se puso a pensar
para que vivo
vivo para no perder.

Catalina Bahía
Miguel Cantilo

Catalina tenía la rutina del eterno crepúsculo en la piel. Su comarca de sexo en una esquina, sus hectáreas de pecho en un vaivén. Catalina sabía el argumento de las sábanas rotas por amor, me soplaba la letra con su aliento y nos iba surgiendo esta canción. Labio sobre labio, sobre labio y la península mía, beso contra beso, contra beso y tu bahía. Cuando se hacen las dos de la mañana, cuando se hacen las cuatro del amor, sus pupilas hamacan porcelana en ojeras de rimel y carbón. Catalina de fuego y nicotina esperando volver a comenzar, bocanada profunda que ilumina la mirada marrón de par en par. Labio sobre labio, sobre labio y la península mía, beso contra beso, contra beso y tu bahía. La mirada en el techo de los días, la ceniza en el suelo del pudor y su nombre arrugado en una silla, su apellido tendido en el balcón. Encendí la fogata que combina, mi melena, la tuya y la del sol, un retrato de fuego Catalina, con rutina de lento caracol. Labio sobre labio, sobre labio y la península mía en tu bahía.

30 octubre, 2006

Incluso en estos tiempos
Joaquín Sabina
Incluso en estos tiempos veloces como un cadillac sin frenos, todos los días tienen un minuto en que cierro los ojos y disfruto echándote de menos.
Incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera, todos los días tienen ese instante en que me jugaría la primavera por tenerte delante.
Incluso en estos tiempos de volver a reír con los amigos, todos los días tienen ese rato en el que respirar es un ingrato deber para conmigo.
Y se iría el dolor mucho más lejos si no estuvieras dentro de mi alma, si no te parecieras al fantasma que vive en los espejos.
Incluso en estos tiempos triviales como un baile de disfraces, todos los días tienen unas horas para gritar al filo de la aurora, la falta que me haces.
Incluso en estos tiempos de aprender a vivir sin esperarte, todos los días tengo recaídas y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte.

24 octubre, 2006

A veces pasa
Abel Pintos
A veces pasa que la razón corta el hilo y se va volando con los vientos de una pasión que a otros cielos se van soplando. Se te escapa de las manos y te deja solo en la vía abrazado a una confusión que no te lleva a una salida. Y todo es culpa del corazón, que no toma una decisión. Soñar puede cambiarnos la vida. Soñar suele curar las heridas. Amar para cambiarnos la vida. Y amar, para curar las heridas. Y abrir las puertas del corazón. Y tomar una decisión.
Quien pudiera
Abel Pintos

Quién pudiera olvidar tus besos lejanos, quien pudiera tener tu boca en sus manos? Confunden a mi razón y opacan mi corazón. Quien soy? Quién pudiera cerrar la puerta al pasado, quien pudiera matar el tiempo a tu lado? Y volver a nacer y no desconocer quien soy.

Volver a confiar en tus ojos, en mi corazón un cerrojo no quiero. He intentado olvidarte, juro que no puedo. Sólo volver a verte cambiaría mi suerte y quien soy. Volver a confiar en tus ojos, en mi corazón un cerrojo, no quiero. He intentado enterrarte, he intentado olvidarte, juro que no puedo. Sólo volver a verte cambiaría mi suerte y quien soy.

Cómo dejar de verte como un abismo si quisiera caerme y volar perdido? Cómo curar mi voz, cómo apagar las llamas del sol, cómo dejar de ser lo que nunca he sido? No puedo ser un héroe si no es contigo. Quiero perder el miedo, quiero mostrarme entero, y quien soy.


23 octubre, 2006

20 octubre, 2006

Concurso de Murales

Tercer Premio

Segundo Premio

Primer Premio

19 octubre, 2006

A orilla de la chimenea
Joaquín Sabina

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños, puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres tambien puedo ser tu estacion y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino… O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor que me falta valor para atarte a mi cama, puedo ponerme digno y decir “toma mi direccion cuando te hartes de amores baratos de un rato… me llamas”.
Y si quieres tambien puedo ser tu trapecio y tu red, tu adios y tu “ven”, tu manta y tu frio, tu resaca, tu lunes, tu hastio… O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
Y si quieres tambien puedo ser tu abogado y tu juez, tu miedo y tu fe, tu noche y tu dia. Tu rencor, tu por que, tu agonia…o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

17 octubre, 2006

Impresiones del IV Congreso... una mirada interior

Volví en partes. Como pocas veces la realidad se me manifestó cruda y cercana y el sumo de mis pensamientos encontró la causa que estaba buscando. Si alguna vez sentí que el camino estaba errado y era inconducente para por lo menos - no les hablo de felicidad- conseguir una pequeña cuota de alegria, ahora lo comprobé. Las buenas y malas ya dieron su saldo negro como única respuesta: todo esta mal. La vida, la forma de verla, de sentirla, el aire viciado por las intenciones de quienes me rodean, mi falta de coraje, el desencanto por todo, la ausencia, la tristeza, el futuro lejano y no tanto, la equivocación que se corrige restando cobardía y sumando las certezas que ya tengo, el peso de la billetera, su seducción, su mal augurio, todo, creanme, todo esta podrido. Pero no es sólo mi vida lo que hiede, es la mierda de toda esta sociedad paranoica que se pisa y se mata como si fuera vital esa carrera a ningun lado. Quiero mi remanso, como supongo lo quiere todo el mundo. Quiero mi lugar pero no puedo prostituirme más, no por que no quiera solamente, sino que ya no puedo, desde el corazón que ya no puedo. Esto de escribir no sirve tengo que actuar, pero hasta para eso estoy inmovil.

HAY UN NIÑO EN LA CALLE
Armando Tejada Gómez


A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Le digo amor, me digo, recuerdo que yo andaba
con las primeras luces de mi sangre, vendiendo
una oscura vergüenza, la historia, el tiempo,
diarios,
porque es cuando recuerdo también las presidencias,
urgentes abogados, conservadores, asco,
cuando subo a la vida juntando la inocencia,
mi niñez triturada por escasos centavos,
por la cantidad mínima de pagar la estadía
como un vagón de carga
y saber que a esta hora mi madre está esperando,
quiero decir, la madre del niño innumerable
que sale y nos pregunta con su rostro de madre:
¿qué han hecho de la vida?
¿dónde pondré la sangre,?
¿qué haré‚ con mi semilla si hay un niño en la calle?

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate,
transitar sus países de bandidos y tesoros
poniéndole una estrella en el sitio del hambre,
de otro modo es inútil ensayar en la tierra
la alegría y el canto,
de otro modo es absurdo
porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Dónde andarán los niños que venían conmigo
ganándose la vida por los cuatro costados,
porque en este camino de lo hostil ferozmente
cayó el Toto de frente con su poquita sangre,
con sus ropas de fe, su dolor a pedazos
y ahora necesito saber cuáles sonríen
mi canción necesita saber si se han salvado,
porque sino es inútil mi juventud de música
y ha de dolerme mucho la primavera este año.

Importan dos maneras de concebir el mundo,
Una, salvarse solo,
arrojar ciegamente los demás de la balsa
y la otra,
un destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último naufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque entonces las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas una mala palabra.

Cuando uno anda en los pueblos del país
o va en trenes por su geografía de silencio,
la patria
sale a mirar al hombre con los niños desnudos
y a preguntar qué fecha corresponde a su hambre
que historia les concierne,
qué lugar en el mapa,
porque uno Norte adentro y Sur adentro encuentre
la espalda escandalosa de las grandes ciudades
nutriéndose de trigo, vides, cañaverales
donde el azúcar sube como un junco en el aire,
uno encuentra la gente, los jornales escasos,
una sorda tarea de madres con horarios
y padres silenciosos molidos en la fábricas,
hay días que uno andando de madrugada encuentra
la intemperie dormida con un niño en los brazos.

Y uno recuerda nombres, anécdotas, señores
que en París han bebido
por la antigua belleza de Dios, sobre la balsa
en donde han sorprendido la soledad de frente
y la índole triste del hombre solitario,
en llanto, sus señoras, tienen angustia y cambian
de amantes esta noche, de médico esta tarde,
porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo
y ellos son los accionistas de los niños descalzos.

Ellos han olvidado
que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños
que viven en la calle
y multitud de niños
que crecen en la calle.

A esta hora, exactamente,
hay un niño creciendo.

Yo lo veo apretando su corazón pequeño,
mirándonos a todos con sus ojos de fábula,
viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,
un relámpago trunco le cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido
como un niño en la calle...



10 octubre, 2006

No estoy acostumbrado/ 5º explicación posible


Que se llama soledad

Joaquín Sabina


Algunas veces vuelo y otras veces me arrastro demasiado a ras del suelo, algunas madrugadas me desvelo y ando como un gato en celo patrullando la ciudad en busca de una gatita, a esa hora maldita en que los bares a punto están de cerrar, cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar. Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo; algunas veces busco un adjetivo inspirado y posesivo que te arañe el corazón; luego arrojo mi mensaje, se lo lleva de equipaje una botella.., al mar de tu incomprensión. No quiero hacerte chantaje, sólo quiero regalarte una canción.Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna y le hablo de esa amante inoportuna que se llama soledad. Algunas veces gano y otras veces pongo un circo y me crecen los enanos; algunas veces doy con un gusano en la fruta del manzano prohibido del padre Adán; o duermo y dejo la puerta de mi habitación abierta por si acaso se te ocurre regresar; más raro fue aquel verano que no paró de nevar. Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna y le hablo de esa amante inoportuna que se llama soledad.

08 octubre, 2006

No estoy acostumbrado/ 3º y 4º explicación posible



Deseo
Jorge Drexler

Yo soy, tan sólo uno de los dos polos; de esta historia, la mitad. Apenas medio elenco estable; una de las dos variables en esta polaridad: más y menos, y en el otro extremo de esa línea, estás tú, mi tormento, mi fabuloso complemento, mi fuente de salud. Deseo; mire donde mire, te veo. Mire donde mire, te veo Mire donde mire, te veo… Igual que hace millones de siglos en un microscópico mundo distante, se unieron dos células cualquiera…Instinto, dos seres distintos amándose por vez primera. Deseo. Mire donde mire, te veo. Mire donde mire, te veo. Mire donde mire, te veo… Dulce magnetismo: dos cargas opuestas buscando lo mismo...

05 octubre, 2006

Una sola vez escribí con flores en el piso...

Siempre en estos días extraño a la misma persona... la dejé o me dejó ya no importa. Muchas veces regresa del pasado con poemas escritos a máquina en grandes hojas blancas. Siempre dice que me quiere y que me necesita tanto como yo. Siempre sonrie, me perdona y olvida lo malo, como olvido yo. Desde el fondo de sus ojos un niño me mira y me sonrie, como sonrio yo...

Dice este poema de Benedetti:
Aunque hoy cumplas trescientos treinta y seis meses, la matusalénica edad no se te nota cuando en el instante en que vencen los crueles entrás a averiguar la alegría del mundo y mucho menos todavía se te nota cuando volás gaviotamente sobre las fobias o desarbolás los nudosos rencores. Buena edad para cambiar estatutos y horóscopos, para que tu manantial mane amor sin miseria, para que te enfrentes al espejo que exige y pienses que estás linda y estés linda. Casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades ya que te van a rodear como ángeles o veleros, es obvio y comprensible que las manzanas y los jazmines y los cuidadores de autos y los ciclistas y las hijas de los villeros y los cachorros extraviados y los bichitos de san antonio y las cajas de fósforo te consideren una de los suyos. De modo que desearte un felíz cumpleaños podría ser tan injusto con tus felices cumpledías. Acordate de esta ley de tu vida, si hace algún tiempo fuiste desgraciada, eso también ayuda a que hoy se afirme tu bienaventuranza. De todos modos para vos no es novedad que el mundo y yo te queremos de veras.
Pero yo siempre un poquito más que el mundo.

04 octubre, 2006

No estoy acostumbrado/ 2º explicación posible


CUANDO LA TIERRA TIEMBLA A TUS PIES
(Vicente Feliú)

De cuánta ingenuidad se nutre el amor, de cuánta idea de canción y bondad, de cuánta necesidad, de cuanta fe y de dolor, de no saber qué hacer el día final cuando el amor cambia su faz y sabes que no puedes más, cuando la tierra tiembla toda a tus pies. Y con cuánto candor se empieza otra vez, pues cada vez, como volviendo a nacer, vuelves todo a empezar con tanta fe, que para siempre se te olvida lo pasado y vas de alas abiertas al amor, que no hay memoria del horror cuando la tierra tiembla toda a tus pies. Del amor es difícil hablar. Suele estar en la miel y en la sal, en la piel o entrar por la sien, pero bien, siempre te hace crecer. Puede ser que una tarde feliz, al azar, ella pase y vuelvas tu mirar y comprendas que empiezas a amar cuando la tierra tiembla a tus pies. Puede ser que en el largo decir y bregar no repares en quién pudo estar y un buen día comienzas a amar cuando la tierra tiembla a tus pies. Del amor es difícil hablar. Suele estar en la miel y en la sal, en la piel o entrar por la sien, pero bien, siempre te hace crecer.

03 octubre, 2006

No estoy acostumbrado/ 1º explicación posible


Canción para una mujer que no está
(Santiago Feliú)


Cada día creo que soy dueño al final
de un motivo nuevo que me impulse a ser más.

Oh no... ya sé; oh no... por algo lo he de cambiar

Miro alrededor para buscar el sol quizás
ese que me entibie cuando el día no esté más.
Oh, no..no sé; oh, no, sos vos mujer que no estás.

Dímelo destino si la puedo yo encontrar.
Ella es mi verdad, dime donde estás.
En la gran ciudad? o en la eternidad?,
en algún lugar de la inmensidad?,
dime donde está y si existe en realidad,
que con mis manos la puedo alcanzar;
sólo un momento yo quiero suponer,
que es mía, sólo mía y puedo amarla como sé...

Oh, no...ya sé; oh, no, que fácil es soñar.
Miro alrededor para buscar el sol quizás
ese que me entibie cuando el día no esté más.
Oh, no..no sé; oh, no, sos vos mujer que no estás.

02 octubre, 2006

Asi es mi vida

Aunque básicamente pueda parecer la historia de un tipo que no estaba para nada contento con la vida que lleva y busca llenar de alguna forma el vacío que tiene por medio de una experiencia psicótica, la figura que sobresale es la de Tyler Durden, que reniega de los parámetros que muchos consideran ideales, y cuya filosofía personal de la vida consiste básicamente en tocar fondo para alzarse a la cumbre.
Tras un largo proceso de aprendizaje, nuestro protagonista —a quien nunca le escuchamos decir su nombre, y que en los créditos aparece como El Narrador— comienza a adoptar la personalidad de Tyler, no sin antes experimentar, golpe a golpe, la dura experiencia que supone desprenderse de todos los esquemas con los que había estado viviendo hasta entonces. Una de estas "experiencias" va acompañada de una disertación por parte de Tyler sobre la Naturaleza de Dios. "Si Dios nos creó a Su imagen, y nosotros somos como somos, ¿esto no te da una idea sobre la Esencia de Dios? ¿Se te ha ocurrido que, tal vez, a Dios no le importas? Pues bien, somos los hijos no deseados del Creador, que así sea!" Los ecos del Satán de Milton se escuchan en las diatribas de Durden.