29 noviembre, 2006
Cotidiana III
28 noviembre, 2006
27 noviembre, 2006
Cotidiana I
21 noviembre, 2006
20 noviembre, 2006
17 noviembre, 2006
16 noviembre, 2006
Ella miraba el humo de un té con hierbabuena
Yo quería vivir lo que había en sus ojos:
vuelos de un ave nómada o de un barco de vela.
Tengo un mundo sagrado, sonriendo me dijo
reino de las palabras de un lenguaje olvidado
donde la tarde bebe el zumo de las moras
y el silencio se limpia cuando cantan los pájaros.
Mundo real
Ella era dueña de un reino
Mundo real
Ella era dueña de un reino
mágico y real.
Tengo un reino sagrado para darte, decía,
como doy el rumor sencillo de los astros.
No te preocupes de nada más, la alegría
es lo que más merecemos y más necesitamos.
Luego me dijo adiós y se fue y esa tarde
no caían gotas de tristeza en los cristales,
sino estrellas diminutas y cohetes alegres
sobre los paraguas de la gente asombrada.
Mundo real
Ella era dueña de un reino
Mundo real
Ella era dueña de un reino
mágico y real.
15 noviembre, 2006
14 noviembre, 2006

Hay días en que estoy loco por dejar mi huella y otros en los que quisiera volver al útero (al de cualquiera diría W. Allen), Por cuestión de principios derrocho el amor y las monedas y como sé que mi alma enajenada dificilmente tenga retorno, no me preocupa vivir la aventura equivocada.
Fito lo explica mejor:“En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos, en tiempos egoístas y mezquinos, en tiempos donde siempre estamos solos, habrá que declararse incompetente en todas las materias del mercado, habrá que declararse un inocente o habrá que ser abyecto y desalmado...”
Pablito o Lazaruz, le envio un fuerte abrazo y quedo a su disposición, asegurándole que tiene su lugar en la trinchera. De nuevo, gracias por pasar.

Esos locos bajitos
Joan Manuel Serrat
A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción; esos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, hay que domesticar. Niño, deja ya de joder con la pelota. Que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir. Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir. Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción. Niño, deja ya de joder con la pelota. Que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós.
13 noviembre, 2006
06 noviembre, 2006
01 noviembre, 2006
Nones, porque no quiero que tus pezones me requisen las despedidas de soltero, ni que me pisen por segunda vez, con daños a terceros, señor juez. Mantis religiosa, pantys gaseosa, botas con media suela rota a fin de mes. Las vecinas se han sentado a ver cómo agoniza el del noveno B, entre vírgenes milagrosas.
Qué quieres saber de tu prima, la próxima vez le salto encima. Dónde va a parar si en vez de ayunar me come como una lima.
Naufragué en las rayas amarillas de los papeles como un buen pelele. Me cansé del trajín de los caínes y los abeles, con lo que eso duele, mire usted.
Conejito, no me presiones, maldito móvil tanto ring ring tocando los cojones. Te lo repito por tercera vez: no me apuntes con el almirez. Que abogado tan fino y mal pagado, si quieres firmo tablas en el ajedrez, tienes que aprender a decir adiós, la mejor distancia es la mayor, cuando un taxi es una ambulancia.
Qué quieres saber de tu prima, primero debajo luego encima encima. Dónde va a parar si en vez de ayunar me come como una lima.
Derrapé en las noches duerme vela de los moteles pagando aranceles. Me cansé del run run de los palmeros y los caireles, con lo que eso duele.
Y después de ti lunas y lunares, la vuelta al calcetín, las sábanas impares, la baba de las putas sin pedigri, la cicuta de los bares.
Me manché con las arias legionarias de los cuarteles como un buen pelele. Me cansé del trajín de los caínes y los abeles, con lo que eso duele, madmuasel.
Tanto por hacer, me cansé, del budismo zen de la tele, de los desamores que huelen...