MEMORIA
A 30 AÑOS DEL GOLPE
1976 -24 DE MARZO- 2006
A 30 AÑOS DEL GOLPE
1976 -24 DE MARZO- 2006
En marzo del 2006 se cumplen los 30 años del Golpe de Estado. Más de 30.000 argentinos secuestrados y asesinados y millones de exiliados no fueron los únicos saldos de esos 7 años de dictadura. Lo fue también la destrucción de miles de experiencias organizativas que construían un país mas justo, la desarticulación de un proyecto de liberación nacional, y conjuntamente la instalación de una matriz económica, política y cultural de profunda desigualdad vigente aún hoy a 30 años de aquel momento.
A pesar de la violencia instalada desde el poder político, y con la complicidad de grupos económicos extranjeros y locales, a pesar de que la muerte y el miedo quiso llenarlo todo de pasividad y olvido, y a pesar que la mayoría de las víctimas fueron trabajadores, no pudieron hacer desaparecer la identidad de clase, la idea de organización, de lucha y de derechos. Durante esos años, miles de compañeros siguieron encontrándose clandestinamente, siguieron organizándose, resistiendo como y desde donde pudieron.
El terrorismo de Estado generó muerte y gestó las condiciones para la preeminencia de estrategias y discursos que obturaron el proceso histórico.
Dijo con toda sabiduría Rodolfo Walsh: “Nuestras clases sociales dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez es posible que se quiebre ese círculo.”
A treinta años del inicio de esta página negra de la historia, los militantes debemos seguir llamando a participar en política, pero no como soldados de un determinado partido, que acata a ciegas las órdenes de un grupo de “iluminados”, sino como militantes concientes y críticos. Ese debe ser el compromiso para con nuestros 30.000 compañeros desaparecidos y para no volver a repetir errores que retrasen la victoria que nos lleve a instaurar en nuestro país una patria justa, libre y soberana. Una Patria para todos.
1 comentario:
24 de marzo de 1976, Provincia de Buenos Aires, faltaban 8 meses para que cumpliera mis primeros 10 años de vida, ¿que podía saber de la noche de terror y silencio y muerte y miedo que se cerraba sobre nosotros?
Mis preocupaciones entonces eran las propias de la niñez, el club, el colegio, las figuritas con los ídolos retratados. La autoridad eran mis viejos, los soldaditos eran de plomo o plástico y el terror, las series televisivas de Narciso Ibáñez Menta.
Se nos habían terminado las vacaciones y también -lo descubriríamos después- se nos acababa la infancia.
Las calles de mi barrio se transformaron en un escenario macabro de Ford Falcón sin patente, con siniestros personajes de gafas negras y escopetas. Los vecinos se dejaron de juntar en las veredas, las charlas a viva voz con los clientes de la florería de mis abuelos se transformaron en susurros o en silencios.
Recuerdo un día en el que le pregunte a mi papá sobre unos amigos de el que hacia mucho que no veía y su silencio triste, de alguna manera me trasmitió todo, por eso aun me indigna cuando alguien dice que no sabia lo que pasaba, todos lo supimos, hasta un niño de 10 años se daba cuenta.
Las cosas fueron de mal en peor durante los siguientes 7 años, todos terminamos ese proceso con indelebles cicatrices, todos fuimos víctimas o victimarios, cómplices o verdugos, nadie salio indemne. Las preguntas que subsisten son ¿Qué nos paso como sociedad que permitimos semejante genocidio?, por que los campos de concentración estaban en nuestros barrios y en nuestros pueblos, los desaparecidos, los encarcelados y los exiliados eran nuestros vecinos y parientes. ¿Qué había sucedido antes del golpe de estado? ¿Los Montoneros y el ERP eran los buenos y la AAA los malos? ¿Aprendimos algo de toda esa sangre derramada y de tanto dolor?
Creo que después del Nunca Mas y el histórico juicio hemos tenido suficientes y necesarios testimonios de aquel horror vivido, también creo que es tiempo de que los testimonios le vayan cediendo lugar a las reflexiones, nos falta análisis para explicarnos lo sucedido y sus consecuencias, también justicia para sanar las heridas. Acaso 13 años después de aquel fatídico marzo no se reinstalo el mismo modelo económico y ni les hizo falta la represión.
Las preguntas que formulo no son retóricas, sigo esperando una respuesta o un debate. Se puede construir sobre las ruinas (la historia así lo demuestra) pero hay que animarse a remover los escombros.
Publicar un comentario